La principal ventaja del portafolio es, sin ningún género de
dudas, la reflexión que hace el alumno sobre su propio proceso de aprendizaje;
algo de lo que están muy necesitados, porque nosotros no les damos la oportunidad
de hacerlo. Entre las diferentes posibilidades que se barajan en la actualidad
para tal fin, considero al portafolio uno de los más valiosos. En segundo
lugar, el trabajo de estructuración y organización que tiene que realizar el
alumno para crear su propio portafolio es también un aprendizaje importantísimo
que tendrá su transferencia a múltiples aspectos educativos, profesionales y
personales. Según como se plantee, puede ser también una vía riquísima para
aprender una gran cantidad de contenidos relacionados con las nuevas tecnologías.
Todo ello de forma motivante y significativa para ellos. Por último, darles la
posibilidad de compartir y mostrar sus avances y logros con otras personas será
una fuente de motivación para abordar futuros retos.
Los inconvenientes pueden provenir de un mal uso del
portafolio y la idea que lo sostiene. Para evitarlo es un requisito
imprescindible una formación adecuada de quien dirige el proceso; es decir, el
profesor.
En este momento no veo otro instrumento docente que aporte,
de un plumazo, todas las ventajas que he enumerado en el primer párrafo. Si que
existen herramientas para conseguir algunos de ellos por separado.
En definitiva, apuesto de forma rotunda por el uso del portafolio del
alumno como herramienta en nuestras clases.
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